jueves, 7 de octubre de 2010

puedes

Ésta poesía está tomada del libro "Peregrina sin descanso" de Mignon De Ponti, la dedica a sus hijos, y yo la transcribo y la copio dedicándola al niño o a la niña que todos llevamos dentro, y que pudiera abrumarse (aveces) con los problemas.

puedes

vamos mi niño
suelta tu amarra
deja que el viento
las velas abra
no pongas rumbos
a tu navío
déjalo libre
se ve tan lindo
mira ese cielo de noche clara
viste la luna
toda de plata?
y qué te importa
que estén lejanas
esas estrellas que tanto amas,
puedes mirarlas
puedes tocarlas
con esos dedos
que te dio el alma,
mira la costa
de arena blanca
donde se estrellan
las olas bravas
aspira hondo
grita con fuerza
no hay horizontes
que te detengan,
y si mañana
la sal del alma
llena tus ojos
por agrias causas
o el viento fuerte
golpeando duro
hiere tu alma
con guante burdo,
no te detengas
no arries velas
sigue avanzando
tras tu quimera,
el mundo gira
día tras día
hay noches negras
y claros días,
hay mutaciones
constantemente
hoy estás triste
mañana alegre.
manténte niño
en tu velero
poquito a poco
te irás irguiendo,
mientras capeas
los temporales
es que estás vivo
y ya tú lo sabes,
vamos entonces
infla tus velas
lleva tu barco
no des la vuelta

mientrás sonríes
entre sollozos
es que lo puedes
lo puedes todo

lunes, 4 de octubre de 2010

por qué?

Éste fragmento lo saqué del libro "Viaje a Ixtlan" de Carlos Castaneda, lo elegí entre muchos que me llamaron poderosamente la atención hace años cuando lo leí por primera vez, y continúan llamando mi atención.

"-¿Por qué hace usted todo esto por mí, don Juan?- pregunté.
Se quitó el sombrero y se rasgó las sienes en fingido desconcierto.
-Tengo un gesto contigo- dijo suavemente- Otras personas han tenido contigo un gesto similar; algún día tú mismo tendrás el mismo gesto con otros. Digamos que esta vez me toca a mí. Un día descubrí que, si quería ser un cazador digno de respetarme a mí mismo, tenía que cambiar mi forma de vivir. Me gustaba lamentarme y llorar mucho. Tenía buenas razones para sentirme víctima. Soy indio y a los indios los tratan como perros. Nada podía yo hacer para remediarlo, de modo que sólo me quedaba mi dolor. Pero entonces mi buena suerte me salvó y alguien me enseño a cazar. Y me di cuenta de que la forma como vivía no valía la pena de vivirse... así que lo cambié."